Se utilizan para la incineración de restos humanos y de animales, requieren de dos quemadores, uno que se encarga de la incineración principal y el otro de la eliminación de la materia orgánica en los gases de combustión que causa los malos olores.
Mediante la inyección de aire caliente se seca la pintura a través de las ventilas, ubicadas en el interior del horno, para que tenga una mejor fijación en el material (la mayoría de los casos son metales) logrando el proceso de curado.
En este tipo de horno, se realiza un calentamiento por etapas. Durante un largo periodo de tiempo, se eleva la temperatura con el fin de que la pieza tenga mayor dureza.
En este horno el metal es calentado hasta su punto de fusión, es decir que pase en un estado sólido a un estado líquido, cuando ya se tiene así, se lleva a un proceso de vaciado para formar diferentes piezas.
El mantenimiento preventivo se recomienda realizarlo cada seis meses llevándolo a cabo de la siguiente manera:
- Revisión de la cámara de combustión.
- Revisión y limpieza del quemador.
- Revisión y limpieza del tren de válvulas.
- Revisión, limpieza y ajuste de conexiones del tablero de control.
- Pruebas de encendido.
- Puesta en marcha y carburación del quemador con apoyo de un analizador de gases certificado..